miércoles, 14 de octubre de 2009

MOON: Zumo de buena Ciencia-Ficción



No suelo postear noticias sobre cine o películas, pero cuando se trata de ciencia-ficción me permito estas excepciones (según la película). Lo cierto es que en el caso de MOON, la flamante ganadora del Festival de Sitges 2009, el filme lo merece.




MOON es la ópera prima del director Duncan Jones (hijo del cantante David Bowie), que nos sorprende con esta película de ciencia-ficción, que si bien homenajea y hace guiños inteligentes a otros títulos del género como: 2001, Blade Runner, Atmósfera Cero o Alíen, es al mismo tiempo capaz de recuperar la buena ciencia-ficción con un guión inteligente y original que ahonda en el lado humano y social de forma bien estudiada. Todo eso con bajo presupuesto, que indica que para hacer buenas películas (por ejemplo de este genero) no hace falta esas escalofriantes sumas de dinero que el cine ya nos tiene acostumbrados, sino mas bien buenas dosis de ingenio.

La película, interpretada casi exclusivamente por al actor Sam Rockwell, se desarrolla en la base lunar Sarang, un complejo minero de la multinacional LUNAR, que extrae recursos energéticos (Helio3) para la Tierra, y en la que Sam Bell (Sam Rockwell) es contratado por tres años para supervisar y realizar tareas de mantenimiento. Su única compañía durante este periodo será la inteligencia artificial GERTY (a la que presta su voz el actor Kevin Spacey), que se encarga del control automatizado de la base.
Cuando faltan apenas dos semanas para finalizar su contrato y volver a casa, Sam empieza a sentir y a ver cosas extrañas y se dará cuenta de que la compañía, tras un accidente ocurrido en la base, tiene sus propios planes para reemplazarlo.



Durante el filme hay comparaciones inevitables de GERTY con HAL9000 (la computadora de 2001, una odisea del espacio), los trajes espaciales y la estética de la base recuerdan a la película Alíen, hay detalles notables de Atmósfera Cero, también hay incursiones filosóficas y reflexivas de Blade Runner. MOON es un compendio de todo eso, es un zumo de buena ciencia-ficción de finales de los 70 y principios de los 80 a la que el director claramente dedica un bonito homenaje, a la vez que pone en práctica un guión original e interesante, acompañado de una banda sonora inquietante, intimista y acertada. La trayectoria de la película es buena, pero quizás arriesga solo lo justo y se queda en correcta sin haber sacado todo lo que podría de esta historia. Buena película para los amantes del género.


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